La luna, crisol de sueños,
viene a verte noche a noche.
Acércate, niña luna,
y deja que yo te roce,
que al que baña tu luz
ningún secreto le esconde...
Gracias, lunáticas y lunáticos,
porque de tanto en tanto
contempláis el cielo...
¿Al fin, qué nos queda?
Pues empezar la cuenta atrás,
que el nuevo curso nos espera
y esta rueda que no para
otra vuelta empieza a dar.
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